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Este blog iniciado en 2.006, se propone darle un "reconocimiento" a los primeros "grimpaires", "pioneros" y "aperturistas" de las vias montserratinas y a quien de alguna forma a colaborado para llegar a ser lo que representa hoy en dia, a pesar de las eternas disputas entre los colectivos implicados y las distintas formas de entender nuestro deporte o Filosofia de Vida, Montserrat es de todos!!!!.......y no es solamente una escuela, es la "Universidad" de la escalada.


viernes, 16 de junio de 2017

Antonio Garcia Picazo II.

Dos articulos en desnivel.


6-10-2007.

Ansó y Montserrat por Antonio García Picazo


Ha sido comerciante, encargado del refugio Vicenç Barbé de Montserrat, autor de un puñado de guías y uno de los aperturistas más prolíficos de nuestra nación. Antonio García Picazo nacía en Albacete en 1957, aunque pronto se interesaría más por los relieves aragoneses y catalanes que por los llanos castellano-manchegos.
Fue el cofundador del célebre grupo de escaladores conocidos como Piratas de Montserrat, en el que compartió sus actividades con Miquel Arcarons, Armand Ballart, Joan Hortalá, Joan Carles Griso y Fredi Parera. Junto al último abrió la Zarathustra al Gallinero (1979), una ruta preciosista a la que seguirían la Fisura Picazo y la Via dels catalans (78) al Tozal del Mallo, otra Picazo y la Rainbow Warrior (85) a la Sur de la Maladeta y otro buen número de vías con su nombre en el El Puro de Ports de Beseit, en el Mallo Firés, en St. Gervás o en la Frocanada. En Montrebei abría 14 rutas, dos de ellas en solitario: Pilar Picazo y Antonio García Picazo.
Pero serán sus obras sobre papel y no sobre roca lo que le traerá a la Librería Desnivel el miércoles 7 de noviembre a las 19 horas. Allí, Antonio, nos presentará dos guías editadas por Desnivel que son algo más que meras descripciones: Valle de Ansó. Guía de escalada en roca y Montserrat. Ascensiones de leyenda. La primera ha sido definida como una guía única, con tintes poéticos, que comprende una multitud de datos prácticos para disfrutar con la máxima seguridad de 33 vías de escalada en el valle de Ansó: aproximaciones, longitud de itinerarios, dificultad, material, aperturistas, descripciones detalladas de las rutas y croquis minuciosos, todo ello recopilado por el mejor conocedor de la zona y un auténtico enamorado del valle. Y la segunda, publicada por primera vez en 1990, no ha dejado en todo este tiempo –y a través de sucesivas actualizaciones– de acompañar a los escaladores que se aventuran por los riscos de este emblemático macizo, ayudándoles a elegir la vía adecuada, preparar el material, seguir el itinerario, y, sobre todo, a sumergirse en el ambiente único que brinda el contacto con su rugoso conglomerado.

Dos guías de culto escritas por un escalador de culto y una proyección con imágenes de ambas regiones, de sus riscos, su rutas y sus paisajes, a la que acompaña el relato de un tipo auténtico de nuestras cumbres.

Antonio García Picazo, vías sin mácula.

Si a uno le hablan de formaciones de roca inverosímiles, aéreas, copadas por ojos horadados en la roca que te observan, ermitas a disposición de los que deseen pasar un tiempo de soledad en la montaña y paisajes donde las cimas, las nubes y el mar se funden es probable que se agolpen las imágenes de Montserrat. Y si te hacen viajar a un lugar de pilares notables, pies de vía yosemíticos y paredes vírgenes entre los que se alzan nutridos bosques pensarás en el Valle de Ansó, si tienes la suerte de conocerlo. Montserrat y Ansó, dos lugares marcados por lo silvestre, la escalada y cierta magia, trajeron a la Librería Desnivel a Antonio García Picazo, quien presentó sus dos guías. No íbamos a perder la oportunidad de charlar con él.
Albaceteño afincando en Barcelona, donde regenta una pequeña tienda de montaña que le sirve incluso para exponer algunas de las piezas de museo que conserva en su casa (entre las que se incluyen hasta 80 martillos, todos con su "pedigrí"), Antonio ya ha llegado a los 50 y ha dejado atrás aquellas imágenes en las que se lanzaba sólo a las paredes para abrir rutas o que su prolífica actividad le llevaban a firmar líneas como la Zarathustra al Gallinero o la Valentín-Casanovas del 76 en Montserrat. Miembro fundador de la cordada de los Piratas de Montserrat, García Picazo siempre ha obviado la dificultad para ir en busca de la belleza y la elegancia, a ser posible en paredes vírgenes. Incluso fue, probablemente, el primero en abrir una vía ferrata en España, a la que llamó como su mujer, Teresina, y cuya apertura mantuvo en secreto para que algunos no se le echasen encima. Aún hoy, Antonio no ha perdido la pasión por encontrar rutas inexploradas en lugares poco frecuentados.
Parte del material que Picazo llevó a la Librería Desnivel.<br>Foto: desnivelpress.comParte del material que Picazo llevó a la Librería Desnivel.
Foto: desnivelpress.com
¿Qué diferencia tus vías de las de los demás?Sobre todo últimamente veo que lo que se abre en los macizos famosos son vías de relleno. Yo procuro abrir en paredes vírgenes y abrir la primera vía. No busco la dificultad y sí la elegancia y la belleza. Cuando empecé a escalar ya había muchas vías abiertas de ese estilo; la primera, la segunda o la tercera línea de una pared, esas son las bonitas. Creo que hay que tener un respeto por la pared y tampoco quiero ensuciar mi nombre.
¿De dónde surge esa visión?Viene sola, elegancia y arte. De verdad, nace por si sola.
¿Crees que en los últimos tiempos se están metiendo vías donde ya no caben?Algunas paredes están repletas y ya no cabe ni un alfiler, pero también es una pena para los nuevos escaladores, los que empiezan ahora a abrir vías y que también tienen derecho a destacar. El problema es que van quedando pocos lugares para hacer buenas aperturas, en España ya no quedan "Raviers" al Tozal del Mallo u "Oestes" del Naranjo.
¿Has tenido problemas con otros aperturistas?Sí, parece que ahora se lleva lo de abrir vías donde se pueda, pero eso es ensuciar su propio nombre e insultar a la pared.
¿Cuál es el futuro entonces?Pues yo, en Montserrat por ejemplo, ya no abro vías desde hace ocho años, prefiero arreglaras. Un rápel, una vía de 300 metros vas y cambias alguna cosa de hace treinta años, pero no demasiado para no meterme en polémicas.
Hay gente que dice que las vías deben quedarse como se abrieron...Hay bastante gente ignorante. En Montserrat se da ese caso, la juventud no sabe o no piensa en que las vías que escalan no son como se abrieron. Antes estaban llenas de seguros malos y parecen creer que antes ya se escalaba con pies de gatos, cuerdas de nylon... Ahora están un poco más desequipadas. Hay que saber trasladarse al pasado y entender como van cambiando los tiempos.
Picazo mostrando sus guías de Ansó y Montserrat, ayer en la Librería.<br>Foto: desnivelpress.comPicazo mostrando sus guías de Ansó y Montserrat, ayer en la Librería.
Foto: desnivelpress.com
Hablando del pasado, ¿se está perdiendo la tradición aventurera de la escalada y se está cambiando por disciplinas como la deportiva?
Hombre, la deportiva es más cómoda, más barata... es un buen sistema tal y como se está poniendo la gasolina... Yo entrené bastante, llegue al 7c, pero vi que no era lo mío. Cada uno tiene que hacer lo que le atrae y lo que le hace sentir bien.
¿Como recuerdas la apertura de la Zarathustra al Gallinero?
La recuerdo como toda una movida, una movida larga de contar...
¿Y la Valentín-Casanovas del 76?
Esa también fue una movida, pero fue muy auténtica. La abrimos con dos petates militares, cuatro mamonas de agua (antes no había botellas de plástico para el agua), cuatro bocadillos, cuatro manzanas, botas duras, arnés de pecho y unos cuantos tacos de estos. Claro, también era el máximo de material de que disponíamos en aquel tiempo.
Abriste bastante en solitario, ¿era una soledad buscada?
Sí, me gustaba, aunque deje de hacerlo a los 37 años. Me tiré unos 14 haciéndolo esporádicamente, no como un anacoreta o un místico, más buscando prestigio. Cuando uno escala solo lo hace por placer y prestigio en cantidades iguales.
Te gusta la montaña, pero más aún los libros. ¿Qué hace diferente a tus guías?
Creo que es el hecho de querer darle calidad literaria a la montaña. El alpinismo es poesía y deporte, elegancia y pasión, y trato de respetar ese espíritu en las guías. No se si lo haré bien o lo haré mal pero quiero ser consecuente con lo que hago en la montaña. Tampoco quiero hacer más de lo mismo, prefiero aportar algo a la literatura de montaña, que me encanta.
¿Un escalador y un libro?
Cada mes te diría un libro diferente y un alpinista diferente.
Gracias.

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